Pódcast

Siglo XIX: retroceso del euskera y primeras iniciativas

2022-04-13

La lengua vasca todavía se hablaba en la mayor parte del territorio de Navarra en torno a 1800, incluidos los valles y municipios de la Navarra Media, como Valdorba, Valdizarbe y Artajona. Cien años después, sin embargo, la muga del euskera estaba mucho más al norte. Conscientes de la pérdida del idioma, se pusieron en marcha las primeras iniciativas a favor de la lengua vasca; entre ellas la Asociación Éuskara de Navarra.

14º CAPÍTULO - SIGLO XIX.: RETROCESO Y PRIMERAS INICIATIVAS

Siglo XIX, un siglo triste para el euskera.

Un siglo de retroceso. Un siglo de pérdida.

Ahora bien, ese retroceso actuó como acicate para nuevas iniciativas.

Ongi etorri. Estos son los ecos del euskera. Hoy llegan desde el siglo XIX.

-----------------------------------

En torno a 1800, a comienzos del siglo XIX, la lengua vasca todavía se hablaba en la mayor parte de nuestro territorio, también en los valles y municipios de la Navarra Media, como Valdorba, Valdizarbe y Artajona.

Cien años después, sin embargo, la muga del euskera estaba mucho más al norte, ya que se había perdido, en una amplia zona entre Pamplona y Artajona. Los últimos hablantes eran personas de avanzada edad.

Efectivamente, en el siglo XIX, siglo de guerras y crisis, con profundos cambios políticos, económicos y sociales, se interrumpió la transmisión del euskera en muchos pueblos y valles. ¿Razones? Muchas y diversas. Una de ellas, la cada vez más adversa legislación en contra de la lengua vasca.

La pérdida del euskera fue muy dolorosa para muchas personas, pero al mismo tiempo fue un acicate para la puesta en marcha de las primeras iniciativas a favor de la lengua vasca.

El euskaltzale pamplonés Arturo Campion reflejó el dolor generado por el continuo retroceso del euskera en su narración, “El último tamborilero de Erraondo”.

El protagonista es Pedro Fermín Izko, que de joven se fue a América y en la vejez regresó a su tierra natal, es decir, a una población figurada del Valle de Unciti. Cuando se marchó, su pueblo –Erraondo- era ligústicamente euskaldun.

A su regreso, sin embargo, el pueblo estaba castellanizado y todo cambiado; él era una de las últimas personas vascohablantes. Como efectivamente así ocurrió en las localidades de la Zona Media de Navarra y de la Cuenca de Pamplona.

Precisamente, preocupados por la situación de la lengua vasca, Arturo Campión y otras personalidades, como el arquitecto Florencio Ansoleaga, Estanislao de Aranzadi, Hermilio de Oloriz, Iturralde y Suit, y otros ilustres vascófilos pamploneses fundaron en el otoño de 1877 la Asociación Euskara de Navarra.

Concretaron sus objetivos en el primer número de la revista “Euskara”, impreso el 1 de febrero de 1878 en la imprenta de Joaquín Lorda, sita en la Calle Mercaderes:

“El objeto de la Sociedad es conservar y propagar la lengua, literatura e historia vasco-navarras, estudiar su legislación y procurar cuanto tienda al bienestar moral y material del país. Si el pueblo eúskaro ha podido conservar su personalidad y se ha mantenido con su genuino carácter ha sido porque supo guardar la antiquísima lengua vascongada, que eminencias del saber se afanan hoy por estudiar en toda Europa, y sería vergonzoso que dejáramos nosotros olvidar”

La asociación puso en marcha diversas actividades como fiestas vascas y concursos literarios para fomentar el euskera, además de concienciar a través de la revista.

En concreto, los concursos se organizaron durante varios años a partir de 1882, a través del Ayuntamiento de Pamplona.

En las denominadas fiestas vascas había actuaciónes de dantzaris, bertsolaris, canciones. En 1880, por ejemplo, se hicieron en Bera.

Otro euskaltzale y mecenas de la cultura vasca, Anton Abadía, organizó también fiestas vascas o juegos florales en Lapurdi y en otros sitios.

La Asociación Euskara de Navarra se disolvió en 1897, pero su labor fructificaría pronto con el renacimiento de la cultura vasca a principios del siglo XX.